viernes, 23 de julio de 2010

Un premio a Josué.


El pasado mes de mayo le conté a Usted, mi querido lector, que había tenido un problema con las luces de mi camioneta y a consecuencia de ello conocí a Josué Rodríguez, empleado de AutoZone, la empresa que vende autopartes.

Le conté que en un momento logró resolver el problema que para mí, era casi insalvable y además, Josué lo hizo con una sonrisa, dando lo mejor de sí y que me pidió que en vez de propina, hiciera una llamada al teléfono de la Compañía para dejar mi comentario. En lugar de llamada, hice una nota que logré compartir con Usted y de la que AutoZone tuvo conocimiento.

Recuerdo le dije que si México tuviera más personas como Josué Rodríguez, México sería el mejor país del mundo.

Al paso de los días, recibí una llamada telefónica de la titular de Recursos Humanos de la Empresa AutoZone, la muy amable Ruth Ortíz, con una petición que para mí, se convirtió en un halago: Que acudiera a las oficinas de la Compañía a hacer entrega a Josué Rodríguez del Diploma que lo acredita haber logrado el premio trimestral por sus méritos al haber avanzado lo que llaman “La Milla Extra”, es decir, hacer más de aquello a lo que estás simplemente obligado, pues para otorgárselo, tomaron en cuenta mi escrito.

¡Y claro que fui¡ Si para ir a AutoZone fue a instancias de mi esposa, que opinó era el lugar donde podrían resolver el problema, ahora a entregar el Diploma fuimos juntos.

En ocasión de la Reunión Trimestral de la Región que comprende entre otras, la primera sucursal de AutoZone fuera de Estados Unidos, la de Nuevo Laredo, Tamaulipas y muchas más, pudimos compartir el entusiasmo por la empresa que toma en cuenta a sus empleados, como deberían hacer todas, departimos un largo rato, agradable en extremo y luego, llegó el momento cumbre para nosotros: entregar a Josué Rodríguez su Diploma.

En medio de porras, aplausos y palabras de felicitación, Josué recibió su Diploma y nosotros, Tina y yo, tuvimos uno de los momentos de gloria más hermosos que hemos conocido. Fue una experiencia maravillosa.

Si escribir me da la oportunidad de presenciar la forma en que un ser humano obtiene un premio por hacer con gusto, con ganas, con diligencia lo que le corresponde, voy a seguir haciéndolo. Y por supuesto, trataré de que Usted pueda saberlo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

lunes, 19 de julio de 2010

Curso Formador de Formadores.

La huella que el Maestro deja en el alumno es muy difícil de borrar, sobre todo, cuando ha sido competente en su función. Mis criterios y mi forma de ver el derecho tienen mucho de la óptica de quienes me enseñaron el camino a seguir.

Aprendí, entre otras cosas, que el Derecho Público y el Privado son distintos y también, que el Derecho Penal pertenece por antonomasia, por definición, por naturaleza propia, al Derecho Público. Vamos, que la función de impartir justicia penal está reservada al poder público pues la venganza privada mejor conocida como Ley del Talión como forma de sentirse satisfecho por el daño o la injuria sufridos no es una forma correcta de hacer la vida. Eso aprendí y con esa idea me he desempeñado como Abogado.

Hoy, terminé un curso que cimbró todo mi saber. Me explicaron no una, si no varias formas de impartir justicia penal de manera privada. Aún no acabo de recuperarme. Aún no lo acabo de entender y sí, me causa asombro.

Pero voy a ir por partes. Como Abogado y Catedrático Universitario debo tratar de estar al día en las teorías del Derecho, siguiendo lo que todos los grandes juristas han postulado y que Couture plasmara en el primero de sus mandamientos: “Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos Abogado”.

Y bueno. Cada que tengo oportunidad, trato de buscar un nuevo curso. A veces, siento que son pérdida de tiempo. Otras, encuentro temas muy interesantes que vienen a despejarme dudas y otras, las más, obtengo conocimientos que vienen a reforzar lo aprendido. Eso sí, Usted ya me conoce, siempre me divierto.

La semana del 12 al 16 de julio de 2010 se celebró un curso de capacitación denominado “Formador de Formadores” dirigido a quienes han de capacitar a los que van a intervenir en las nuevas formas de impartir justicia penal más humanizada como Ministerios Públicos, Defensores de Oficio, Jueces, Mediadores y Catedráticos, cada uno en sus distintos ámbitos, así como también quienes habrán de formar nuevos capacitadores o bien contribuir a que cada vez más existan formadores en juicio oral.

Pero ahora habrían de analizarse las nuevas técnicas y procedimientos de impartición de justicia en materia penal y empecé a escuchar cosas como “Sistema Acusatorio Adversarial”, “Justicia Restaurativa”, “Audiencia de Apertura”, “Auto de Vinculación” y otras que no estaban en mi catálogo de términos jurídicos.

Que de pronto me expliquen que existen “salidas alternas” y que la tendencia es lograr “Justicia Restaurativa”, que si bien no es una terapia, contribuye a atender las necesidades de la víctima y reinsertar al ofensor la sociedad, no con el estigma de “delincuente”, va más allá de lo que en cinco días logro captar. Me sentí como cuando me dijeron que tenía que estudiar “Ingeniería Constitucional”, que ya me veía yo regla en mano, listo a medir… no sé qué, pues no sabía de qué se trataba. Ya luego entendí a que se referían y sí, era correcto el nombre.

El curso inició el lunes 12 de julio bajo los mejores augurios. Los dos instructores, comprometidos con la temática, instalaciones cómodas, excelentes para receptores, atendiendo a las necesidades de cada uno de los participantes. Lo que no esperaba es que el nivel del debate alcanzara la altura que tuvo.

Los alumnos e interlocutores muchos de ellos Doctores y Doctoras en Derecho. Jueces de Procedimiento Oral. Catedráticos con muchos años de experiencia. Delegados del Ministerio Público. Directores de Facultades de Derecho, Mediadores. Vamos, uno de los requisitos mínimos era grado de Maestría. Y ahí estaba yo. Escuchando comentarios que parecían citas sacadas de textos pero que no reflejaban más que la inmensa cultura jurídica de los participantes.

Y luego, dejaron tarea. Yo no supe pero parece como que iban a dar premio al mejor. ¡Qué exposiciones! ¡Las presentaciones de lujo! Bueno, si hubieran pagado no habrían sido así de excelentes.

Y la verdad, fueron cuarenta horas muy bien logradas. Lo que invirtió la Secretaría de Gobernación está perfectamente retribuido. Los costos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey estimo fueron resarcidos. Lo principal. México, nuestra patria, va optando por un futuro mejor, por una forma distinta y para muchos, novedosa, de hacer las cosas y al parecer, los que lo están implementando saben lo que hacen.

Al finalizar se entregó un Diploma a cada uno de los asistentes y quedó pendiente presentar el examen formal para lograr el grado de capacitador certificado por la propia Secretaría de Gobernación, constante que se busca en los instructores que ahora se preparan para explicar los beneficios y los métodos del nuevo Sistema de Justicia Adversarial.

El afán de la justicia es dar a cada quien lo suyo. Así lo aprendí. Pero… ¿Qué sucede cuando para darle a cada quien lo suyo, mandas a uno al reclusorio para que eche a perder su vida y al otro lo dejas sufriendo? ¿No será mejor que tengan la oportunidad de verse cara a cara y lograr que ambos superen el trago amargo?

Muchas veces el hecho generador no debería ser delito o bien, la intención del ofensor es mucho menor del alcance de las cosas. Sin embargo, la ley tiene definida una pena al hecho y así se ajustan actualmente las autoridades, sin atender a las personas que están atrás de la estadística.

¿Y si lográramos que uno obtuviera el perdón de la víctima y mejor aún, que él mismo se perdonara? ¿No sería mucho más humano?

Eso, es parte de lo que vimos. Lo demás, que el auto tal se dicta a las tantas horas y el otro a las tantas más tantas. Eso es cuestión de que el personal de apoyo se lo aprenda. Lo importante es descubrir, darse cuenta, que existen métodos alternos de solución de conflictos y que pueden también, ser en materia penal, logrando una justicia penal como hago mención al inicio más humanizada. Hace una semana, lo hubiera negado. Hoy, ya está en mis planes estudiarlo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
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domingo, 18 de julio de 2010

Presentación en Deliberación.


Deliberación es un proyecto editorial encabezado por un grupo de jóvenes de quienes he tenido la deferencia de ser invitado a escribir con ellos. Para mí, es un orgullo que mis notas les parezcan aceptables para reproducirlas.

Sin embargo, tomando en cuenta que deliberar implica poner en la mesa los diferentes puntos de vista de quienes han de comentar un tema, que significa escuchar y controvertir el dicho de quien está frente a nosotros, hoy quiero ante Usted, querido lector, hacerle saber mis pretensiones y lo que estoy dispuesto a brindar.

Pretendo obtener de Usted su atención y para ello, lo único que puedo ofrecer es dar en la medida del máximo de mis posibilidades, mis mejores afanes para hacerle saber la forma en que veo las cosas.

Decirle a Usted, desde mi muy particular punto de vista, cómo es que han de sortearse los obstáculos y también, la manera de hacer realidad que México debe salir adelante.

Soy abogado y por ende, crítico natural de lo que me rodea. Busco la perfección en mi entorno así como en lo que hago y obvio, ello me produce constantes roces con quienes desean permanecer siempre apáticos, abúlicos y ajenos a los cambios que han de darse.

Sin embargo, el presente es un regalo que los hombres tenemos y que debemos tratar de convertir día a día en fuente de inspiración, en una alegoría de vida y por supuesto, en la forma de disfrutar que estamos vivos. Cualquier otra acepción al término, no podrá alcanzar a describir lo maravilloso que es tener la oportunidad de hacer la vida.

Y eso es lo que DELIBERACIÓN ofrece a quienes aquí colaboramos. Hacer la vida. Contar nuestra verdad y decir lo que estimamos afecta nuestros afanes. Y a eso me comprometo ante Usted, querido lector.

A tratar de acompañarlo hasta donde me lo permita para decirle que México es un país maravilloso, que tal vez nos sobren algunos políticos y funcionarios, nada que valga la pena, pero que juntos, Usted y yo, podremos aportar hasta lograr que nuestra patria tenga la suerte que merece y no la que padece.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
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Publicado por Deliberación en el siguiente enlace:

http://www.deliberacion.org/?p=895

sábado, 17 de julio de 2010

La Voz del Obrero.

A veces, sólo a veces, al darse un cambio en las estructuras éstas reaccionan para bien. A veces, sólo a veces, todo cambia para quedar iguales. Otras veces, los cambios sirven sólo para dar al traste los esfuerzos de mucha gente en mucho tiempo.

Hoy, La Voz del Obrero ha cambiado parte de sus estructuras y se estrena con un nuevo Director, César Felipe Leyva, quien tiene una impresionante hoja de vida. Ha sido de todo en Guerrero, precisamente por su afán de querer salir adelante.

Periodista, hombre de micrófono, estudioso, vendedor de publicidad, todo lo que tenga que ver con la conducta humana lo ha manejado.

Por eso, el día que me escribió solicitando un artículo para la Revista La Voz del Obrero, que edita en ese Guerrero al que tantas veces he podido asistir y en el que sólo he encontrado manos afables, atenciones y muy cálidos recibimientos, sin duda alguna busqué qué decir.

Lo estoy haciendo. Primero, hablo de César, a quien le auguro éxito en sus afanes pues de siempre ha puesto el alma en lo que hace, que es la diferencia en la forma de hacer las cosas. Hacerlas de corazón, entregándose todo o hacerlas sólo para salir del paso, que entonces, más vale no hacerlas.

Luego, La Voz del Obrero. Medio de comunicación del gremio que compone la C.T.M. en Guerrero y que representa a los obreros organizados. Siempre he buscado la forma de hacer saber mi pensar y mi sentir por la gente que trabaja, la que lucha día a día y pertenece a la sociedad, sin ser la que tiene el control de la vida.

Y por supuesto, de la invitación a colaborar. Soy abogado tamaulipeco, escribo y soy catedrático y he tenido el placer de estar muchas veces en Acapulco y de recorrer todo el Estado invitado por su gente.

Ahora bien, ya expuesto lo que hago y quien soy, vengo a decirles que desde el punto de vista legal, el obrero, el trabajador, necesita estar organizado, estar juntos, saber que tiene un sentido de pertenencia a un grupo y que ese grupo lo respalde.

Para bien o para mal, la sociedad en que vivimos y nos desempeñamos, tiene establecido que los factores de la producción son el capital y el trabajo. El Capital es el dinero necesario para que pueda establecerse la empresa y el trabajo, es la fuerza de la mano de obra necesaria para que ese capital obtenga utilidades.

Sin embargo, el capital cuenta con la fuerza del dinero, con la posibilidad de que sus deseos puedan realizarse en virtud de que tiene con qué pagar sus necesidades.

El obrero, la fuerza de trabajo, no cuenta con capital para pagar sus necesidades y su bien, lo que tiene para ofrecer, son sus manos, su fuerza, su emoción para hacer las cosas pero no dinero.

En el momento en que ambas factores, capital y trabajo se juntan, se logra crear un binomio que permite la creación de bienes y servicios que sirven para satisfacer las necesidades del hombre. Maravilloso, podría decirse. El problema y lo que debe tenerse en cuenta, es que a veces, sólo a veces, los afanes de ambas fuerzas van en sentidos opuestos, van buscando fines distintos y entonces es cuando el obrero se encuentra inerme, indefenso, ante lo que el dinero puede hacer.

Lo único que puede ayudarle, lo que puede salvarlo, es su unidad.

Si a Usted como obrero le exigen que renuncie a una parte de su salario, a parte de sus vacaciones o cualquiera de sus prestaciones para poder conservar su empleo, el patrón está incurriendo en un delito o al menos, en una práctica apartada a un recto proceder.

Si Usted, obrero, por hambre y necesidad acepta la situación que le denigra, que le impone condiciones abusivas, que le resta dignidad a su persona, no debería quedarse callado. Para eso son las organizaciones obreras. Para eso está la Confederación de Trabajadores de México.

Para eso está La Voz del Obrero.

Para recoger el sentir de los trabajadores, para apoyarlos en sus luchas y que sepan que no están solos. Para eso estamos los académicos que hemos obtenido nuestros grados merced a la siempre buena disposición de las escuelas y universidades oficiales.

Para eso está México y su forma de gobierno.

Para buscar un cauce legal a los deseos e inquietudes de la gente, de los trabajadores, de los que día a día van forjando la patria que hoy disfrutamos y que estamos obligados a defender, aún de nosotros mismos.

La Voz del Obrero está vigente y tiene todo para servirle.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
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miércoles, 14 de julio de 2010

Resultados de la elección.


Domingo cuatro de julio de 2010. Elecciones en muchos estados. La gente, con un sueño a flor de piel y con la ilusión puesta en sus candidatos. El problema, es que no todos van a ganar. Unos tienen que perder.

Sin embargo, he visto con una gran tristeza que no hay la voluntad de aceptar que otro ganó. He visto, en redes sociales, que cuando gana su candidato, la elección fue limpia. Si pierde a quien le iban, los robaron, son unos atracadores, los que votaron por mi contrario están mal, la gente no sabe para qué vota, que mal los que no votan por mí…

Sigue siendo parte de la idiosincrasia de los mexicanos no saber aceptar la derrota. No entender que si perdemos, es porque el otro hizo las cosas de mejor manera que nosotros. Es así de fácil. La culpa es de cada uno, es de cada quien, no de cuestiones externas.

Tuve la fortuna de ver, de cerca, los afanes de varios candidatos. Vi unos, preocupados, afanosos, ocupados en su lucha, con logística y con lo mejor de tecnología. Vi otros, que sólo se ocuparon de comprar unas gorras y si acaso, unas camisetas y su oferta política se centró en decir: vamos a quitar a esos ladrones.

Lo que no dijeron es que querían ponerse ellos, es decir, otros ladrones. Cuando uno ofende, como si fuera boomerang las palabras se regresan, casi en automático. Si ensalzas, te ensalzan. Si humillas, te humillan. Si ofendes, te ofenden. Así de simple.

Muchos de los candidatos se dedicaron a proferir insultos contra sus adversarios, como si la gente les fuera a creer. El resultado es que la gente los identifica con las palabras que usaron y por ende, les llaman como ellos quisieron ofender a sus contrarios. Ese es el peor castigo.

Y ahora, ya están dando las constancias de mayoría. Ya ganó uno de los candidatos en cada lugar… pero son más los candidatos que perdieron que los que ganaron.

Sin embargo, por México, los candidatos que perdieron y sus seguidores, deberían sumarse a los esfuerzos de los que ganaron. Sumarse a luchar por México como país, no como botín. Por el México que queremos legarle a nuestros hijos.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
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domingo, 4 de julio de 2010

Lo que descubrió Alex.

Alex es un huracán que pasó por la península de Yucatán y que afectó tierras de Tamaulipas y Nuevo León los días 30 de junio y jueves 1, viernes 2 y sábado 3 de julio de 2010.

Alex trajo agua, mucha agua, aproximadamente el equivalente al total de agua que se precipita casi en un año en sólo tres días.

Los daños fueron cuantiosos. Pocos muertos, afortunadamente, pues de algún modo ya empieza a haber una cultura de respeto a los fenómenos naturales. Sin embargo, los daños materiales son incalculables.

Tratando de encontrar una constante en los daños, aparece que lo que está a la altura de las vías de ferrocarril, no sufrió daños. Las colonias y asentamientos humanos que respetan lo que van marcando las vías del tren, no sufren daños.

Las construcciones que se han hecho ignorando la existencia de una medida marcada por los ferrocarrileros, están destinadas a ser dañadas. Conste, los ferrocarrileros que trazaron esas vías lo hicieron hace cuando menos, 40 años.

Otra constante es que las edificaciones que cuentan con más de treinta o cuarenta años, están incólumes. Las obras nuevas, las de los permisos con trucos, se han derrumbado o están a punto de caerse.

Y es entonces cuando empiezan las dudas y los cuestionamientos. ¿En qué eran mejor los viejos que hacían las cosas de manera que duraban? ¿Cuál es nuestro yerro?

Hoy y ante Usted me atrevo a aventurar una posible respuesta y por supuesto, me gustaría conocer su opinión.

Hemos dejado de lado los principios básicos de las ciencias, tal vez por corruptos, lo que es grave, tal vez por ignorantes, lo que es más grave aún.

Revise Usted, mi querido lector, la forma en que se han construido los nuevos fraccionamientos, esos muy elegantes, con vigilante y cercados e instalaciones ocultas. Lo han hecho sin respetar la ecología, el medio ambiente, el entorno. ¿Qué había un río? ¡Tápalo! ¿La montaña estorba? ¡Emparéjala! ¿Una sola salida para todos? ¡No importa!

Resultado: conflicto, caos y problemas. Tanto para la vida en común como para los casos de emergencia o crisis. Alex ha sido una crisis, es decir, el momento álgido de un problema.

El problema estaba ahí: la ciclopista ocupando el lecho del río, la calle soportada por la arena movediza, la casa construida donde siempre fue cauce. Y resultó lo único que podía resultar. Emergió el problema. Salió a la luz pública y se hizo presente, se hizo actual, dejó de estar tapado por mentiras, ignorancia y corrupción.

Ahora, la duda está en saber a quién vamos a culpar o si dejaremos, de nuevo, pasar el hecho sin culpables. La duda es saber si habremos de permitir que siga enseñoreándose la impunidad o habremos de actuar como nos corresponde, de frente y con valor cívico.

Tal vez yo no esté enterado de cómo se construyó la colonia aquella, la de los foquitos bonitos y casas de lujo que, ahora, todos nos enteramos que está hecha arriba del lecho de un río que se robaron los hermanos de aquél gobernador… uno de hace mucho… ¿o de hace poquito?

Tal vez no era gobernador… sólo hacía las funciones o si acaso, era quien ostentaba el cargo pero lo detentaba el que otorgó los permisos para esas casas y obvio, se quedó con muchos terrenos en vía de pago a su intervención.

Ahora… tal vez Usted si sepa la historia y la quiera contar. Acuérdese que lo que no revela el tiempo lo revela el agua. Y Alex trajo mucha.

Lo mismo la repavimentada a las calles, que las banquetas rotas o el bacheo inservible. Alguien no hizo bien su trabajo y de nuevo, o por corrupto o por ignorante. ¿Cuál prefiere Usted?

Alex está en posibilidad de descubrir para Monterrey, Tamaulipas y la región muchas historias, las que se cuentan cuando el agua ha develado sus secretos.

En cada esquina destruida, en cada casa deshecha, en cada carretera en ruinas, en cada sueño truncado, hay una historia oculta. No se quede con ellas, compártalas.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
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