viernes, 25 de enero de 2013

Palabras pronunciadas en la Toma de Posesión como Presidente del Colegio de Abogados de Monterrey, A.C.



Distinguidos miembros del presídium
Señoras y señores que han tenido el privilegio de ocupar la Presidencia de nuestro Colegio de Abogados de Monterrey, A.C.
Autoridades que nos acompañan
Directores de facultades de Derecho
Invitados especiales
Muy estimados asociados
Amigos todos                                                              

Carlos Francisco Cisneros Ramos dejó para todos nosotros una herencia viva que hoy completa un ciclo más. Como cada dos años debe renovarse a los responsables de que El Colegio de Abogados de Monterrey, A.C., nuestro Colegio, sea el Colegio apartidista pero no por ello, ajeno a la política; crítico pero siempre respetuoso de las formas; congruentes en el hacer y el decir, pues lo que con voz y pluma anunciamos, en los hechos vamos demostrando, el Colegio pues, que se distingue por su independencia de criterio, su honestidad intelectual y más aún, por el alto valor que otorga a la unidad y la amistad entre sus integrantes.

Tuve el honor de participar, en unión de un excelente grupo de muy distinguidos Abogados, en el proceso electoral de nuestro Colegio y hoy, como resultado, asumimos con orgullo y consientes de la responsabilidad que nos asiste, el nuevo Consejo Directivo.

Ahora, ya con la seguridad de que nuestros afanes irán encaminados a lograr el engrandecimiento del Colegio de Abogados de Monterrey, A.C., hemos de procurar que los valores que han alentado a sus miembros, sean los garantes de que cada día el esfuerzo conjunto será en beneficio de nosotros mismos, de nuestras familias, de la sociedad toda y en consecuencia, del bien del país. Que sigamos siendo ejemplo y guía a seguir para los abogados y demás estudiosos del derecho, aún en estos tiempos tan azarosos. Que nuestro Colegio represente lo mejor del espíritu de los profesionales del Derecho.

Vamos principalmente por cuatro líneas de acción, que engloban lo que todos los cuerpos sociales han de tener como premisas para poder realizar su función de manera que siempre tengan resultados satisfactorios: unir, formar, representar y servir. Y a eso es a lo que aspiramos. Claro, desde el enfoque que como Abogados y estudiosos del Derecho hemos de brindar a nuestros afanes. Y vamos juntos, pues sumados somos más.

Los puntos torales de nuestro esfuerzo han de ser: 1.- Excelencia Académica; 2.- Ética Profesional; 3.- Actitud de Servicio; y, 4.- Responsabilidad Social.

Como Abogados, somos integrantes del selecto grupo que tiene el conocimiento pleno de cómo debe ser la conducta humana, pues las pasiones por la vida, honra, posesiones y derechos es el quehacer diario en la vida del Abogado. De esa práctica diaria, nace la realidad que nos es muy familiar: cada día el Abogado conoce un nuevo rostro de los intereses humanos y también, cada día encuentra un nuevo ejemplo de las bondades en los seres humanos.

Nuestra labor, compañeros abogados, es más que con las armas que brindan las leyes. Dice el sabio refrán popular que más vale un mal arreglo que un buen pleito y dice bien. Debemos procurar encontrar la forma de conciliar las diferencias y no, la de ahondar la brecha entre la verdad real y la verdad legal. De nada sirve una sentencia que respeta la ley pero viola la justicia.

Al luchar porque prevalezca la justicia, deviene claro y lógico que se van haciendo formas de vida que unen a los Abogados. La consecuencia de los esfuerzos conjuntos es que con la fuerza de la unión se consiguen mejores resultados y entre ellos, está formar las asociaciones o colegios de abogados. De ahí que exista tanto interés en promover, en el corto plazo, la colegiación como forma natural de validar el quehacer del Abogado.

El estudio es la base para lograr incursionar en el mundo del litigio. Sin embargo, el pensar, el convertir en ideas concretas lo que pareciera alguna vez un sueño, es lo que ha logrado hacer que nuestro país y la humanidad toda hayan progresado. Ese pensamiento creativo se logra en la actualización constante, en el reto siempre de buscar lo mejor y para ello, el Colegio de Abogados de Monterrey, A.C. ha buscado ser el punto de reunión donde el conocimiento y las ideas se encuentren y vaya que sí ha logrado resultados. Cada sesión del Colegio en la que ha existido la polémica, en la que voces divergentes pero siempre con el respeto y la altura de quien sabe que su verdad no puede ser la única, ha sido el motivo para regresar una y otra vez.

Es tiempo de que nuestras sesiones busquen nuevos horizontes y que como Colegio ofrezcamos cada día un mejor presente. En aras de lograr ser más atractivos como institución a los ojos de los estudiosos del derecho, hemos de pugnar por tener, en el seno y alma de nuestra organización, a los autores de los textos que en la escuela enseñamos, a quienes ocupan los puestos desde donde se resuelven los asuntos que conocemos y también, por qué no, a quienes con sus escritos han logrado destacar a nivel nacional e internacional como doctos en sus temas. Es una de nuestras propuestas y hacia allá vamos.

La ética, ya profesional, ya de vida, es una forma de conducta, un actuar que pierde todo valor y significado cuando la disyuntiva es entre comer o seguir viviendo. El Abogado que si pierde el asunto pierde su casa o su única fuente de sustento, no tiene espacio para ser ético, moral o cualquiera otro de los adornos que a la vida se dan cuando ya está resuelta. Sin embargo, la ley no cuestiona si la subsistencia está resuelta y siempre trata de juzgar a todos por igual.

Lo que como Abogados debemos procurar, es lograr que los ingresos, no solamente de los Abogados, sean de tal forma que las conductas indebidas sean la excepción y no la regla. Que la justicia social se acerque a la realidad y que deje de ser solo parte del discurso de quienes tienen la capacidad de decidir por los que han perdido todas sus capacidades.

La actitud de servicio de quienes integramos el Colegio de Abogados de Monterrey A.C. es una realidad, pues como sabiamente me advirtieron cuando ya había iniciado todo el proceso de las elecciones, quienes asisten a las sesiones del Colegio lo hacen de manera totalmente voluntaria. A nadie puede obligarse de ninguna forma a que pertenezca o no al Colegio. Por ende, quiero hacer un reconocimiento muy especial a quienes han tenido la oportunidad y el privilegio de encabezar los afanes de nuestra Institución, pues a pesar de que lo único que nos mueve a colaborar es la actitud de servicio, siempre han estado presentes. Muchas gracias a las Señoras y Señores Expresidentes por su esfuerzo y dedicación a favor del Colegio de Abogados de Monterrey, A.C.

De igual manera, un reconocimiento a quienes han formado las mesas directivas a lo largo de los años y en especial, a los de la que hoy culmina sus funciones: muchas gracias. A los que empiezan hoy conmigo, espero que nuestros días, los próximos dos años, tengan más horas que los de antes. ¡Nos va a faltar tiempo siempre!

En especial, quiero agradecer a mi familia toda, su presencia y en especial a mi esposa, Tina, que sin su apoyo no estaría hoy ante ustedes; a mis hijos, que son la fuente de mi inspiración y mi motivo de vida; a mi madre, que su presencia aquí tiene todos los significados del mundo; a mi padre, que como Abogado, habría de compartir conmigo este momento de orgullo y a todos los que de una u otra forma han contribuido a hacer realidad este momento. A todos, mi amor y agradecimiento de todo corazón.

Para concluir quiero dejar constancia de que la Responsabilidad Social, la certeza de que lo que se hace es bueno para los demás y para la sociedad toda, aparece en la conducta diaria de los Abogados.

En efecto, quien conoce los rudimentos del derecho y abreva en la escuela el contenido del espíritu de las leyes, sabe a la perfección que una actitud madura, consciente y sensible a los problemas de nuestra sociedad, permite ser proactivos para adoptar hábitos, estrategias y procesos que nos ayuden a minimizar los impactos negativos que podemos generar al medio ambiente y a la sociedad.

La Responsabilidad Social es tema de todos. Valoremos cómo nuestras decisiones y actividades dejan un impacto social y ambiental. Solo con esta actitud podremos formar y vivir en un planeta socialmente sustentable.
                
La Responsabilidad Social es entender la inspiración voluntaria, es reconocer y aceptar los compromisos que tenemos con nuestra sociedad.

Si en verdad logramos, con nuestro trabajo unir, formar, representar y servir a nuestro Colegio de Abogados de Monterrey, A.C. con los principios de excelencia académica, ética profesional, actitud de servicio y responsabilidad social, podremos decir que nuestro esfuerzo no ha sido en vano.

Señoras y Señores, que el juicio de todos ustedes sea favorable, es nuestro mejor deseo.

Quedo a sus órdenes.

José Manuel Gómez Porchini
Presidente del XIX Consejo Directivo del
Colegio de Abogados de Monterrey, A.C. 2013-2014

Monterrey, N.L. 25 de enero de 2013.

domingo, 20 de enero de 2013

El Impuesto sobre nóminas en Nuevo León





José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante              

El artículo 157 de la Ley de Hacienda para el Estado de Nuevo León, por el que se incrementa la tasa del Impuesto sobre Nóminas del 2% al 3% fue publicado en el Periódico Oficial del Estado en el Decreto Número 037 de fecha 31 de diciembre de 2012 y en vigor a partir del 1º de enero de 2013.
Es decir, conforme a los tiempos de la legislación de amparo, puede impugnarse dentro de los primeros 30 días de haber iniciado su vigencia o dentro de los quince días del primer acto de aplicación en perjuicio de alguna persona.
En nuestro caso, la nota va encaminada a destacar la indignación, la molestia y el sentimiento de repulsión que obtuvo la medida que se indica entre los organismos empresariales, capitanes de industria y aquellos que manejan el pago de salarios a favor de trabajadores.
Se le llama impuesto al acto por el cual el gobierno obliga al particular a cubrir determinadas cantidades para sufragar los gastos del propio gobierno.
Cuando un particular deja de contribuir en la medida de sus posibilidades o de las que le señale la ley, de inmediato se torna en un evasor de impuestos, lo que significa pena de prisión, sin mayor miramiento.
Sin embargo y aquí es donde aparece el interés por participar del debate surgido, ¿qué hacer cuando todos los súbditos o gobernados entienden que el impuesto que se pretende cobrar es injusto? Es decir, ¿cómo debe comportarse el particular ante la orden de autoridad ajena a un recto proceder, como ha denominado la Suprema Corte a quien se aparta de la conducta correcta?
En la especie, incrementar del 2 al 3 por ciento el monto del impuesto sobre nóminas, además de que de fondo no resuelve en modo alguno la situación de las finanzas del estado, sí logra generar un clima de molestia entre la población, llámese sindicatos, cooperativas, patrones y aún entre los propios funcionarios gubernamentales, que a sotto voce han manifestado su descontento con la medida.
Y así habrá de ser. Mientras el gobierno, el que sea, utilice la capacidad de recaudación vía impuestos para satisfacer necesidades que no son del todo legítimas, mientras no exista la tan anhelada transparencia en la cosa pública, no podrá haber una buena recepción a las disposiciones recaudatorias que los gobernantes inventen.
Por supuesto, la medida está dirigida, aún cuando no sea la intención de quienes la inventaron, a terminar con las micro, pequeñas y medianas empresas del estado, aquellas a las que por otra parte se les trata de apoyar con programas del mismo gobierno.
Las grandes empresas ya resolvieron el problema: sacaron la nómina del estado y ahora, ya no pagan ni el tres, ni el dos ni nada de impuestos por concepto de nómina.
La pregunta es: ¿Acabar con la planta productiva por medidas torpes, será lo que requiere el estado?
Vale la pena. Me gustaría conocer su opinión.

domingo, 6 de enero de 2013

Las pequeñas empresas




José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante      

Cuando alguien habla de un empresario, de inmediato viene a la mente la idea de una persona exitosa, con grandes bienes de fortuna, sin problemas económicos y que, de algún modo, ha de estar buscando cómo obtener provecho de sus empleados. 
La realidad en México, que pocos o nadie quiere ver, es que ocho o tal vez nueve de cada diez empleos formales que existen en el país, son generados por empresas pequeñas o medianas, de esas que nacen en la cochera de una casa, con una visión de alguien que tiene la osadía de creer en sí mismo y que decide convertir su idea en algo tangible, su emoción en una realidad que trasciende su propia vida.
Y sí, muchas veces esa idea puesta en marcha, la empresa, no llega a buenos términos pues en el camino aparecen baches económicos, problemas legales, abismos fiscales, trabas burocráticas o como usted quiera llamarle a la desventura que produce que la empresa, ese pequeño ente nacido de una idea, no logre llegar más allá de dos o tres años. Y entonces vemos al empresario buscando la forma de cerrar, de dar por terminada la etapa de su vida en la que confió en poder hacer algo.
Bien o mal, siguen, seguimos, habiendo muchos mexicanos que pensamos que iniciar un nuevo negocio, es decir, emprender una aventura en la que el fin es generar riqueza y que, como efectos colaterales existen el pago de impuestos, que enriquecen al país y también, de manera fundamental, el pago de salarios, que hacen que nuestra patria tenga cada vez, mejores ciudadanos.
Usted piensa un día que vender tal o cual producto es bueno y usted confía en que tiene los conocimientos necesarios para ofrecerlo al público, o usted siente que lo que sabe de tal o cual arte es bastante para que otras empresas o particulares lo busquen a fin de obtener sus servicios y en consecuencia, generar ingresos. Y empieza su empresa. Y empiezan los problemas. Que Hacienda le exige tantos requisitos. Que en Salubridad le piden todos los papeles. En Relaciones Exteriores son un poco más amables. En el Ayuntamiento no se tocan el corazón. Y sigue la lista, interminable, de autoridades ante las que tiene que acudir a efecto de que su empresa pueda empezar a generar dinero.
Vamos a suponer que ya logró pasar las primeras pruebas y está funcionando. Necesita contadores, capturistas y cuanto personal se le ocurra a las autoridades a fin de que pueda cumplir con sus obligaciones. Como si su único afán fuera estar pensando qué más se le va a ocurrir al señor autoridad…
Pero seguimos. Ya tiene todo. Y sin embargo, en realidad le falta saber qué va a hacer con lo que tiene.
Si usted ya fue alguna ocasión un empresario o si conoce a un empresario que esté batallando, va a darme la razón en cuanto a que en México, las cosas legales y todo lo relacionado con el funcionamiento de las empresas, pareciera hecho a propósito para que la gente busque la informalidad y no hacer las cosas bien.
Es triste, muy triste, que quien pretende cubrir los requisitos legales fracasa y por el contrario, el que se protege con un líder de colonos o un regidor de pueblo, siempre va viento en popa.
Lo que se requiere en nuestro México es que los funcionarios de gobierno tengan la vergüenza necesaria para saber que si no son capaces de producir absolutamente nada, al menos, permitan que quienes tienen la voluntad de hacerlo, lo puedan hacer sin el temor al fracaso por cualquiera de las razones sinrazón que existen para destruir una empresa.
Se necesita coraje para seguir en la lucha y más, el deseo de saber que México debe salir adelante y para ello, nos necesita a todos.
Vale la pena. Me gustaría conocer su opinión.

miércoles, 2 de enero de 2013

Bienvenido un nuevo ciclo.




José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante              

Cada cierto tiempo se van cerrando los ciclos y empiezan nuevos. Así ha sido desde siempre y así seguirá siendo. El mejor ejemplo de cómo es que se empieza de nuevo está en la naturaleza, que cada año nos regala cuatro estaciones y siempre van siguiendo el mismo orden: primavera, verano, otoño e invierno, para luego, empezar de nuevo.
Así, en la vida se van dando sucesiones de bien y mal, se van cerrando ciclos y se abren unos nuevos para poder avanzar. Mientras no abras la mano para dejar ir lo que tienes agarrado, no podrás asir nada nuevo. Por eso, debemos deshacernos de lo que nos estorba para avanzar, dejar el lastre que nos impide continuar el camino que nos hemos trazado y que debemos entender es nuestra vida.
Hoy, que ha terminado 2012 y que 2013 empieza, es una oportunidad para sentarnos en soledad, para reflexionar y analizar qué es lo que hacemos bien y en qué cosas estamos fallando. Pero debemos ser muy cautelosos: no es válido mentirnos a nosotros mismos. Nunca podremos engañarnos. Cada uno sabe en su fuero interno qué es lo que le hace daño, qué es lo que le afecta y qué es lo que debe cambiar.
Mientras no exista la verdadera voluntad de cambio al interior de cada uno, no podemos decir que hemos iniciado un nuevo ciclo.
Las promesas más fáciles de romper, de olvidar a pesar de nuestra buena intención, son aquellas en las que de antemano sabemos que no vamos a acatar. En cambio, lo que sí podemos hacer, lo que sí está a nuestro alcance, es prometernos a nosotros mismos hacer los pequeños cambios que marcan la diferencia. Decirnos, a nosotros mismos, que somos capaces y que somos afortunados y para probarlo, la mejor forma es recordando que estamos vivos y actuando. Así, al entender que cada día de vida es una maravilla, podremos entender que podemos lograr lo que nos propongamos, con la sola limitante de que la promesa ha de ser lo más seria posible.
Yo lo invito a usted, mi querido lector, a que piense que si ha sido capaz de soportar hasta ahora los problemas de la vida, entonces es capaz de sobrellevar lo que la vida le depara. Igualmente, si usted puede hacer la vida a pesar de que no le den los medios necesarios, puede usted pensar que le falta algo y así, ese faltante convertirlo en una fortaleza para lograr lo que usted realmente desea. Lo interesante es tener esa fuerza interior que se llama motivación y que nadie, absolutamente nadie va a poder sembrarle. Esa es de usted, nada más de usted y solo usted puede conseguirla.
Por más que cien o mil motivadores vayan y le ofrezcan el oro y el moro para que usted cambie su forma de ser, no lo van a lograr mientras usted no lo haya decidido por usted mismo. Lo único que se necesita para cambiar, es querer hacerlo. Lo demás, sale sobrando.
Por eso, lo invito a construir un nuevo ciclo en su vida y si el que sigue es de nones, cuenta el viejo adagio que será un año de dones. Así habremos de hacerlo, el año en que los dones lleguen a nuestra puerta y no será por casualidad, sino por la firme intención que tenemos de que las cosas sucedan.
Usted haga lo que le corresponde hacer, hágalo bien y a la primera y verá que los dones llegan solos a su casa. No se necesita más que la voluntad de querer hacer bien las cosas. El mundo se da cuenta cuando alguien hace las cosas bien y lo premia. Algunos le llaman karma. Otros, casualidad. Unos más, bendición. Llámele como quiera, pero hágalo siempre bien.
Vale la pena. Me gustaría conocer su opinión.